26 de julio de 2010

Estar loca de amor, Giuliana Alejandra al altavoz.




Lo mágico y lo que enferma.

No sé bien de lo que quiero escribir hoy, pero tengo la necesidad. No me iría a dormir satisfecha sino.

Una mujer sola, loca y enferma, que solo posee sus sueños, porque aún puede soñar. Siempre tomé con pinza mis enfermedades, mis locuras características y las adoré, pero ahora puedo ver que me han quitado mucho y pueden robármelo todo.
Y ahí están... en todos lados. Cuando les das lugar, pueden dejarte en bolas. Consumida y carcomida.
Estar loca de amor ¿De dónde viene? ¿De ser un ser pasional, utópico y platónico? ¿O de ser una loca? Necesitar e inútilmente intentar saciar.

Y ahí está ella, desnudándote con guitarras, soñándote desnuda, pensándose delgada y como siempre quiso. Y acomodando el horror en su sitio, fuera. Fuera. Fuera. Pero como todo lo rojo, es sueño y todos sus susurros poesía, romances de prisioneros, como lo es su alma paseadora desde siglos ancestrales. Ella solo quiere ser libre, libre de mente, libre de sí misma y todos los pesares de su corazón. Quiere ser libre de sus fantasmas. Ella quiere vivir pero lejos de sí.

¡Ella quiere amarte, pero libre! Porque te ama.


¿Y sabes que es lo rojo? Rojo es el color de mi espíritu, y en él habitan mis lágrimas, las que te mojan cuando lloro, aunque no lo puedas ver.

23 de julio de 2010

Un dolor de puta hostia y un sueño de aquellos.



En un millón de años luz estaré acostada como siempre quise estar acostada. Levantaré los espejos de mi casa y los reproduciré a un millón por todos sus sitios, rescataré del polvo mis añares de infancia, conduciré sobria por toda la estancia, y me acostaré contigo en la orilla de la playa. Desnudas, o en bragas.

Levanto con la yema de mi dedo la última lágrima que se me quiere escapar. Cuando me canso, me siento así, como hoy, y no voy a describir cómo. Por eso, mi reina... te dejaré habitar en mis sueños. En ellos espanto el temor, el dolor, la muerte y la enfermedad. En ellos habita la música y la musicalidad en mis palabras.

Veo un pasillo grande y las puertas abiertas... el silencio y tu ausencia. Tu pronta presencia. El esperarte y prepararte. Veo besos. Siento pieles, la tuya y la mía. Me veo... en estado puro. Veo tus músculos, tus ojos, tus huesos y tus tendones. Siento tu peso sobre mi cuerpo. Tus costillas y tu calor.
Siento tu música y oigo mi voz.

Buenas Noches... me voy a quemar para no sentir el resto de la noche.