22 de mayo de 2010

Abismos al fracaso


Hoy pensé demasiado. Quizá de más. Entre mis dos cejas, un poquito más arriba hacia la frente, un punto de mi cerebro casi estalla. O eso sentí. Migraña. Enfermedad. Me canso. Mucho planeo, pero poco avanzo. A veces desearía la existencia de un superman, pero me consuela que sí existe una heroína. Sigo luchando contra este bloqueo mental que me está violando las ideas. Me destroza, me hace mierda, y me mete las lágrimas para adentro. Me siento vacía, me siento una mierda, sí... una basura de persona... que no crece, que se compara, que tiene un "yo ideal" y vive para él. Me autoexijo, me maltrato, soy mi propia enemiga... la peor, si se puede decir.
Una soñadora. Me desvelo pensando en rostros inexistentes. Imagino mundos más allá de los cielos, de colores desconocidos y más acogedores. Mundos en los que no existe el dolor de cabeza y la libertad es constante, no después de un vómito. Imagino y vivo en mi imaginación. Eso hago últimamente.



Ambivalencia

19 de mayo de 2010

Un diario como metodología de registro

¿Estupidez? No.

Hoy 19 de mayo de 2010 volveré a registrarme en un cuaderno, para el día en que pierda mi memoria completamente. Te relataré en él todos los acontecimientos a diario, pero muy lejos de la vanagloria, solo por amor a mi vida, que cada día se escapa más de mis manos. Me refiero a la cuestión de vivir. No desprecio mi vida, solo debo reconocer que cada día se me escapa más de las manos y no porque yo quiera, sino porque el camino que estoy siguiendo se me está nublando cada vez más. Estoy perdida, apagada y cada día sienta más pereza de luchar, y menos sentimiento, y poco a poco pierdo la energía y el sentir aquel que me identificaba.
¡Una soñadora! Solía ser una soñadora. Tenía doce años, disfrutaba descubrir mis capacidades, mi potencial, mis aspiraciones. Estaba libre de vicios, libre de esclavitudes, me sentía feliz, tenía personas en quien confiar, no me dolía el corazón, no me sentía gorda, veía en la vida un abanico de posibilidades, tenía un enorme interés en conocer gente, quería pulir mi vida como una mujer íntegra y solidaria con el mundo. Descubría a la literatura como una lumbrera . Todo era bello, impresionante. Todo era arte. La calle era arte. El pasado era arte. Todo era santo, bueno, confiable. Quería salir. Ahora tengo miedo a salir. ¿Y te das cuenta? Todo lo que antes me esperanzaba ahora me da miedo... y en definitiva, tengo ganas de morir.
Érase una vez

Hoy, como antes hace unos tres años, me siento terrible, quizá como cualquier ser humano se debe sentir con los pies sobre la tierra.
¡...Y así nació una nueva estrategia de supervivencia en esta jungla de mundo! Escapándome de él. La música, el sexo como arte de descubrimiento, mi género, el dibujo, la fotografía, mis amigos, esa gente que amo, mi negación, mi sabor, yo como un ser real, las drogas... el amor 'thinspiracional'... amarme tanto para poder moldear mi cuerpo a mi antojo y volverme una princesa de cuentos de hadas solamente decidiendo que ¡puedo! no comer como los idiotas del mundo... pero a veces el deterioro de mi salud, me termina provocando una lástima por mí misma que me es insoportable.
En definitiva, me reconozco como un personaje que convive conmigo, y poseo la capacidad de amarlo, aborrecerlo, hacerlo sufrir y hasta matarlo cuando se me antoje.
Un mate más y me voy a lo que sea...

Adoro el frío desde que era chica y salía del colegio en Caballito, en invierno. Lo necesitó y no hay nada que me refresque más que una ducha helada.


¡Hasta la próxima!


Ambivalencia (Giuliana Muñoz)

16 de mayo de 2010

Cortar y lastimar



El tiempo de la vida está limitado por algo. Es un intervalo desde el nacimiento hasta la muerte en el cual escribimos una novela, ácida en mi caso.
Aghhhh... lo que digo no es mentira. Mi caso: Yo no creo en el tiempo, y una lágrima larga determina un segundo en el espacio.
Espacio: Punto libre de cualquier clase de límites. Para ir al espacio solo necesitas rechazar el mundo común y sentir con todas tus funciones. Si sos mujer podés poner todo tu cuerpo de punta y sentir hasta la punta de tus uñas. En el espacio nada está prohibido. Yo despierto mi interés por cosas imposibles y empiezo a dibujarlas. Las toco, las fornico, y las corto. En el espacio, que es de todos, y posee espacio de sobra para todos, no existe el verbo "lastimar" ni el sustantivo "lástima". Todos somos amos y señores, sátiros emperadores. No existe la vida en comunidad, y la relación con nosotros mismos es egocéntrica. Lloras ríos sobre ríos. Bebes lo que quieres... y si quieres más te inyectas lo que quieres e invitas a tu sangre a tocarse con nuevos fluidos.
Lo tóxico... No es tóxico, solo es profundo.
La alegría... No es alegría, es alergia.
El sol... No es sol, es solo belleza.
¿La belleza? Es una mujer imposible... que se acuesta con vos, que se pierde con vos, que consume con vos, que se consume, te consume, te recuerda lo ilícito que es tu sexo, lo mal que estás haciendo.. y lo bien que te sienta la maldad.
Mi querida amiga... Ella, ella, ella, sí, está en mis manos pero no la toco, porque sobre el mundo no corresponde lastimar tanto, pero en el espacio no existen terceros.

Ya se me empieza a nublar la vista. A volar las letras y desordenar las palabras. Me voy.