10 de enero de 2011

El Mar: Primeras tres partes

Uno

Todas las cosas que tengo escritas y tengo soñadas las guardo en el fondo del mar. Mi bitácora, llena de ilusiones. Duermo salada y empapada, y la niebla me cubre cada noche en inestabilidad, para darme el constante placer de ser dueña de mi propio universo.
¿Por qué una mujer decide aislarse de la Tierra? Porque soy hija de los colores fríos. No comparto el estilo de vida de los hombres, y ese hábito de mantener los ojos abiertos por tanto tiempo. Cuando ellos envejecen y se cansan, yo crezco constantemente y me hago cada día más grande. Cuando ellos se enferman yo me fortalezco y aumento mis capacidades mentales.
En la braveza del océano fui logrando complacer la necesidad de reconstruir una imagen en mi mente, la suya, desde sus contornos hasta las arrugas de sus manos y la frecuencia de sus celos.
Escrbo desde que me fui... desde que decidí partir, por extraña que parezca, no existe mayor lógica para mi corazón necesitado de si presencia constante, que una temporada libre e ilimitada para pensarla y... ¿Por qué navegar? Porque ella surge de todo lo bello y complejo de la naturaleza, y cuando veo el color de las aguas del Caribe, la violencia de als olas y las gotas de las lluvias de primavera, veo el color de su piel al sol de la mañana durmiendo conmigo, siento la intensidad de sus uñas y dientes, y la sal de sus lágrimas cuando abrimos nuestro corazón la una a la otra por primera vez.


Dos

Amanecí en la proa, y me hallé a mí misma perdida. No tenía ni idea de cuantos días había dormido. Me había embriagado y las letras en mi cuaderno se habían corrido con gotas de llanto.
El sol de la media mañana resecaba mi cuerpo entero y me atrofiaba la vista. Era un día espléndido, el cielo azul, el mar azul, las olas muertas y para mi sorpresa... no divisaba la orilla.
Dos sentimientos: la sensación de que podía encontrarme absolutamente perdida, que se terminó de opacar por mi erotismo personal con el aislamiento y la seductora idea de que me encontraba más a solas con el paisaje y las bestias del océano. Entonces desayuné jugo de mandarina, rebajado con vodka y unas pastillas, y en cuanto se asomó mi euforia comencé a navegar a velocidades peligrosamente incalculables.
El viento cálido corría por mi piel a toda velocidad despeinando mis cabellos. El agua me salpicaba y me empapaba. La adrenalina me obligó a desvestirme de a poco y cuando menos me di cuenta estaba desnuda.
Así que anclé, vomité y volví a beber y me arrojé a la profundidad en forma vertical.
Un ensueño, una sensación psicodélica que estremeció mis pezones y me hizo olvidar mis limitaciones como mamífero terrestre, en un momento hizo un clic abrumador en mi cerebro, salí a la superficie de inmediato, tomé aire y me volví a sumergir... pero esta vez en el fondo del mar sentí un vacío infinito. Entre corales y algas, peces exóticos y formas multicolores, aprecié una nueva formación visual que interpreté como dos ojos y una mirada gris... que brillaba, me era conocida. Olvidaba nuevamente el oxígeno, pero no me quería ir. Sin embargo, al resurgir en la superficie, comenzaba a lloviznar. Misterioso. El cielo cambiaba; alguien me jugaba un truco, mi piel se congelaba, pero... volví a bajar, y como las nubes siniestras taparon la luz, lo profundo se tornó a ciegas y ya no veía nada más que polvos fluorescentes y luces intermitentes que aparecían y desaparecían por doquier. Oía sonidos, voces... voces marinas, el léxico de los peces y el tráfico de algún viento marino. En eso... alguien me tocó y fundió mi piel en conmoción, fue un brazo y una piel familiar que nadó junto a mí como un delfín, que me tocó de manera de cortejo y fue un cuerpo único en mi vida. Cuando me tocó por segunda vez me sujetó fuerte y en mi ahogo y asfixia me besó el pecho, el cuello y la boca... y aquella electricidad urbana de los peces comenzó a hacer shocks luminosos de décimas de segundo, en los cuales veía el cabello de una mujer, violeta y violento, mecerse en la sensualidad de la gravedad acuática, y allí se acostó sobre mí y me comenzó a tocar el cuerpo... y yo me entregué completamente, en aquella ruidosa comunidad oceánica, enfrente de todas las criaturas, sin pudor, porque supe que era ella...



Tres


¿Y cómo hacer? Si ni siquiera recuerdo que ha sido de mí en estos meses. Así estoy ahora... después de remar en un barco en el cual no podía ni estirar las piernas del todo por casi un día entero, sobria y en un cuarto blanco, en el cual no se distinguen ni los rincones, ni el suelo. En una habitación semicircular, a mis ojos, con la boca seca, y los dedos arrugados. Mi pelo ha crecido casi hasta la cintura y sólo espero una señal de mundo natural, o morir.
Cuando me cogieron casi desmayada en esa arena y oí voces humanas, y masculinas, me desesperé, y la desesperación fue tal que se apagaron todas mis funciones cerebrales por un momento, hasta despertar aquí. Sin fuerzas para levantarme, porque las pocas que tengo, las estoy usando para retener estas palabras.
Ahora me arrastran por un pasillo e intento pensar en otra cosa para no sentir, porque no soy anfibia, ni quiero volar, sólo me quiero sumergir...
Luego, en un instante, pasaron cinco años y me encontré sentada en una mesa donde servían tila. Los rostros me eran familiares, pues seguro era mi familia, el hecho es que los había borrado de mi mente, y la tila con su aroma que nunca me gustó me recordó cientos de momentos con ella. Después de estos cinco años de no ver el sol, palidecer como un espíritu y no pronunciar una palabra, decidí marcharme de nuevo y en silencio. Mientras arrancaba mandarinas, observé a mi alrededor y vi que no habían moros en la costa, así que corrí. A unos cien metros de la playa divisé mi barco, ¡y yo que me quería ir nadando!, así que nadé hacia él y trepé por la cadena del ancla, y decidí volver a releer estas páginas, para recordar por qué había salido. En cuanto lo recordé, volví a navegar lejos, hacia ningún lado, bajo una esperadísima tormenta, de esas que aparecen detrás de mis endorfinas y mi adrenalina.
Recordar por qué te perdí, apresuradamente, antes de que se me valla borrando la imagen de alguna parte de tu cuerpo...

2 comentarios:

  1. Congratuleishons hermanita :P me encanta, seguí asi :D si esto continua qiero seguir leyendo eh.

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  2. ME ENCANTÓ! Si che, yo me quedé con ganas de seguir leyendo. ja

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