19 de mayo de 2010

Un diario como metodología de registro

¿Estupidez? No.

Hoy 19 de mayo de 2010 volveré a registrarme en un cuaderno, para el día en que pierda mi memoria completamente. Te relataré en él todos los acontecimientos a diario, pero muy lejos de la vanagloria, solo por amor a mi vida, que cada día se escapa más de mis manos. Me refiero a la cuestión de vivir. No desprecio mi vida, solo debo reconocer que cada día se me escapa más de las manos y no porque yo quiera, sino porque el camino que estoy siguiendo se me está nublando cada vez más. Estoy perdida, apagada y cada día sienta más pereza de luchar, y menos sentimiento, y poco a poco pierdo la energía y el sentir aquel que me identificaba.
¡Una soñadora! Solía ser una soñadora. Tenía doce años, disfrutaba descubrir mis capacidades, mi potencial, mis aspiraciones. Estaba libre de vicios, libre de esclavitudes, me sentía feliz, tenía personas en quien confiar, no me dolía el corazón, no me sentía gorda, veía en la vida un abanico de posibilidades, tenía un enorme interés en conocer gente, quería pulir mi vida como una mujer íntegra y solidaria con el mundo. Descubría a la literatura como una lumbrera . Todo era bello, impresionante. Todo era arte. La calle era arte. El pasado era arte. Todo era santo, bueno, confiable. Quería salir. Ahora tengo miedo a salir. ¿Y te das cuenta? Todo lo que antes me esperanzaba ahora me da miedo... y en definitiva, tengo ganas de morir.
Érase una vez

Hoy, como antes hace unos tres años, me siento terrible, quizá como cualquier ser humano se debe sentir con los pies sobre la tierra.
¡...Y así nació una nueva estrategia de supervivencia en esta jungla de mundo! Escapándome de él. La música, el sexo como arte de descubrimiento, mi género, el dibujo, la fotografía, mis amigos, esa gente que amo, mi negación, mi sabor, yo como un ser real, las drogas... el amor 'thinspiracional'... amarme tanto para poder moldear mi cuerpo a mi antojo y volverme una princesa de cuentos de hadas solamente decidiendo que ¡puedo! no comer como los idiotas del mundo... pero a veces el deterioro de mi salud, me termina provocando una lástima por mí misma que me es insoportable.
En definitiva, me reconozco como un personaje que convive conmigo, y poseo la capacidad de amarlo, aborrecerlo, hacerlo sufrir y hasta matarlo cuando se me antoje.
Un mate más y me voy a lo que sea...

Adoro el frío desde que era chica y salía del colegio en Caballito, en invierno. Lo necesitó y no hay nada que me refresque más que una ducha helada.


¡Hasta la próxima!


Ambivalencia (Giuliana Muñoz)

No hay comentarios:

Publicar un comentario